lunes, 11 de junio de 2007

Las luchas son todo una novela

Tengo un amigo fanático de las luchas. Siempre le atrajo las peleas televisadas de cualquier disciplina. Ahora practica en un gimnasio distrital el boxeo. Y pensar que cuando era niño jugaba al Power Ranger. Hoy no tiene como archienemigo a Lord Zed pero se esmera mucho en poder siquiera llevar al suelo al Pitbull de Breña. La otra vez conocí de cerca a este exponente del vale todo nacional. Un jefe de prensa conocido mío estaba promocionando un campeonato donde él y otros luchadores participarían. En ese se me vino lo siguiente a la mente. En la lucha libre se podrá hacer sangrar al rival estampándole silletazos en la cabeza, pero todavía cuenta con todos sus miembros del cuerpo. Arrancar una pierna no necesariamente dará más puntos al dominador del encuentro. Al ver al hermano del Pitbull me quedé sorprendido. Podía respirar sin nariz. Simplemente carecía de ella. Se la habían quitado en una pelea. Ahora no me contaron si fue una legal. Luego de esa escena captada por mi retina muchos segundos pensé nuevamente. Mi compadre iba a debutar en un hexágono la próxima semana. Decidí ir a ver el espectáculo. Los amigos deben estar presentes. Tiene que haber alguien para tirar la toalla.

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