viernes, 1 de junio de 2007

En qué se parece la luna y tú

Luego que te encontré en la iglesia San José, pasaban los minutos y pensé que había llegado tarde. Ya cuando te vi llegar por la otra avenida raudamente me di cuenta que el puntual a la cita fui yo. Tus anhelos por realizar un par de compras me llevaron a acompañarte a unas cuantas galerías. Afortunadamente eres una dama muy precavida y no me paseaste entre mamparas y exhibidores. Resulta gracioso pero recién me acordé que tenía frío. Te dijo: "Unos cafés" y tu moviste tu cabeza de arriba a abajo aceptando mi invitación. Ese 'Don Bosco' se caracteriza más por sus bistecks, pero qué más podíamos hacer. Después de pasear por el Metro y ver que no llegamos a ninguna función, preferí pasar la noche contigo mientras degustábamos también unas tortas. La conversación fue muy grata, y me divertí mucho. Es más, luego que pagué la cuenta, el mozo no me traía el vuelto. Habrá pensado que mi alegría se extendería con él y le dejaría todo el dinero. Pasamos a dejar ese local de Jesús María y llegamos a tu paradero. Fue entonces que vi una luna llena preciosa. Lamentablemente no te dije lo que sentía en ese momento ¿Sabes en qué se parece la luna y tú? En que ambas me gustan.

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