sábado, 6 de septiembre de 2008

Voleibol peruano

Siempre me llamó la atención el voleibol porque debe ser el deporte que más jale tiene en nuestro país. Su poder de convocatoria es impresionante. Siempre que juega Perú el Coliseo Dibós se llena. Los niños se sientan en las faldas de sus madres para hacer más espacio. Cuando la selección viaja a provincias, toda la ciudadanía local interrumpe sus actividades.

De verdad me agradó conocer que la bicolor clasificó al Mundial de Menores del deporte de la net alta del próximo año. El dirigente Juan Castro informó que México y La India pugnan por albergar este certamen. La decisión final la tiene la FIVB. Ahora, el Ministro de Educación, José Antonio Chang, se ha comprometido en apoyar en la preparación del equipo para la gran justa internacional. Así lo precisó la congresista Zenaida Uribe durante la transmisión de Panamericana Televisión del encuentro ante Brasil.

Justamente, algunas de las matadoras de este seleccionado ganador tuve el gusto de entrevistar gracias a mi anterior trabajo.

Un día el editor, mi cumpa Kike Giles, me contó en Peru.com que la Federación Peruana de Voleibol tenía un programa de menores. Este consiste en traer a niñas con talento de provincia a Lima para pulirlas. Mediante un convenio, estudian en un colegio de Jesús María, viven todas juntas al mando de una institutriz en una casa enorme en La Molina, ex propiedad de un traficante de armas, y de remate están en la misma calle del señor Dionisio Romero, uno de los hombres más acaudalados de este país. Según ellas, ni una lata de leche les jugó su vecino.

Ese entonces las conocí más de cerca a estas pequeñas que ni tanto lo eran porque cuando se ponían delante mío, las sombras me envolvían. Me contaron sus penas, sus alegrías y que debido a su estricto entrenamiento, estaban prohibidas de fiestas. Diana González me mostró las cartas que su hermano le escribía desde Arequipa expresándole lo mucho que la quería. Los peluches parecían habitantes comunes en la mayoría de las habitaciones. Una piscina gigante fue aprovechada por mi compañero, Frank Panta, para hacer su producción gráfica. La riojana Vivian Baella me enterneció. Ese entonces pedía ser considerada para jugar. Ahora es la capitana. Todas menores de edad, estaban ajenas al consumo de cigarro o alcohol. Eran unas ñañas inocentes, especialmente María Acosta. Por eso me medí en mis preguntas.

Parece que les caí bien. En la movilidad que las llevaba a entrenar y a mí de vuelta a mi trabajo, empezamos a conversar de todo un poco. "¿Tienes amigos en la revista de Magaly?", me preguntó una de ellas. Yo dije que sí. Entonces otra cuestionó por qué Gisela y Jorge Carmona (cuando todavía eran pareja) agredieron a un fotógrafo en Chorrillos. Yo les respondí que mi amigo estaba haciendo su trabajo. Al decir ello, me pidieron detalles de la bronca. Pensé que mi buen humor o su presión me haría hablar al respecto, pero las dejé con la miel en los labios.

El semáforo en rojo en Angamos con la Vía Expresa me indicó que tenía que bajarme para regresar a Peru.com. Les agradecí por todo y pedí que se cuidaran. Un año después, veo que muchas de ellas vencieron fácilmente a Venezuela y Argentina. Da gusto ver progresar a la gente. Y si es para obtener victorias a favor de la nación, acarrea más alegría todavía.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, claro que si el Voleibol es mucho más que el futbol a pesar que la prensa de Tv y periódicos le dan noticias al futbol en un 99.9%, siendo los últimos del mundo y los peores de Sudamerica, es increible, programas como Planeta Deporte que dería llamarse Planeta Futbol, porque 50 minutos solo hablan de los malasos del futbol peruano, en fin.
Por otro lado pesima la actitud de Cenaida Uribe de querer entrometerse en el Voley, menos mal que las Bases le han puesto el parche. Es que Cenaida no es el Voleibol Nacional, no se quien se lo ha hecho creer?.