Hace poco una periodista de investigación fungió de mi infidente. Le conté mis sentimientos hacia otra persona, el aprecio que le tengo y mis deseos de decirle lo que siento.
Misma psicóloga, ella me recomendó que me aventara a decirle que la quería. Le increpé por ese consejo. Tal vez mi nerviosismo me delató. Le manifestó que no lo iba a hacer. Anteriormente, ella me había compartido sus sentimientos hacia una persona de su entorno. Suelto de huesos, "mándate" recuerdo haberle indicado. Sus ojos se abrieron más de la cuenta y me cambió de cara. Una sonrisa de "yo no puedo hacer eso" se formó en su rostro.
Como es no, ahora ella me expresa lo mismo. Ahora ella disfruta del comienzo de una nueva relación y espera muchos años por delante con su nuevo galán. A veces pienso que tiene tanto tiempo en su mente a ese muchacho que quiere poseerlo siempre a su lado. Así se empieza cuando uno está enamorado. Después uno se encargará de perdurar o acabar con esto.
jueves, 11 de octubre de 2007
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