domingo, 24 de agosto de 2008

Gracias a él vuelvo a escribir

Recibí una llamada telefónica que me alegró la tarde. La persona al otro lado de la línea, muy estimada por cierto, me llamó para agradecerme por un post que hice sobre su persona hace tiempo atrás.

"Mira Mañuquito. Tú sabes que no manejo computadora, pero mis hijos encontraron esto en Internet y de verdad me gustó mucho. Gracias".

Esas palabras bastaron para retomar este abandonado Blog. En varias oportunidades mi amigo Marco Paredes me recomendaba su reactivación. Ahora, gracias a esta conversación lo haré. Como lo dije anteriormente: puedo jactarme de ser buen amigo del gran Roberto Zegarra.

Quién no lo conoce en el país y en el extranjero a este hombre de Amazonas. Desde niños hemos disfrutado de sus narraciones a través de RPP. Ya en la década de los 80 tenía un nombre ganado. Con decirles que Hernán Vidaurre lo imitó en Trampolín a la Fama para lograr un espacio posteriormente en Panamericana Televisión.

Junto con Miguel Humberto Aguirre pasó peripecias durante un partido del UTC allá en Cajamarca y casi pierde la vida al seguir a varios automovilistas en Casapalca.

Gracias a él he sonreído esta tarde y me ha quitado algunas presiones de la cabeza. Su confianza despierta en mí al mozo Manuel, aquel que buscaba comisiones de practicante en Terra años atrás o quería "el otro lado" de la noticia para Peru.com.

Gracias a él recuerdo que soy bueno en este chamba. "Por algo eres El Mejor Manuel", me dijo tiempo atrás Rommy Torres. Eso hizo llegar a mi mente que no he perdido las habilidades de reportero que poseo, las cuales me permitirían entrevistar al caballo que cargó a Leysi Suárez, en una hipérbole de mi destreza.

Gracias a Roberto Zegarra sé que puedo hacer carrera en El Decano. Todo despacio y tranquilo claro. Cuando le conté que ahora me movilizaba hasta Lampa con Miroquesada, se alegró por mí.

Antes de colgar, aproveché para preguntarle si todavía estaba pensando en irse al otro dial. "Hay que analizar las ofertas Mañuquito", fue su argumento culminado con varias risas.

Mañana tengo que ir al Banco de la Nación para cobrar 100 dólares. Haré efectiva una recompensa por reconocer su voz en primera a través del hilo telefónico. Por lo menos, eso me dijo él.

No hay comentarios: