martes, 17 de julio de 2007

Las aventuras de Gabo y Chaparro

Uno de las mejores personas que conozco en esta vida es Gabriel Castillo. Recuerdo nuestros largas caminatas desde la facultad de Comunicaciones de la San Martín, ubicada en la cuadra 19 de la avenida Brasil. Una derrota en el poker junto a otros compañeros significaba quedarnos sin pasajes. Ello no importaba. Éramos vencidos pero dando pelea. Durante su permanencia aquí en Lima, me llamó mucho la atención su estrecha amistad con mi perro. Peculiar ¿no? 'Chaparro' había entablado con Gabo una buena química. Siempre que mi compadre me visitaba o llegábamos juntos de la universidad, el pequeño pekinés lo buscaba y esperaba su descuido para apoderarse de su maleta. La utilizaba como cama.

Pero una vez estos dos personajes protagonizaron una escena que se quedó retenida en mi retina bastante tiempo. Un grupo de amigos estábamos tomando en mi casa. Casi todos estaban mareados. Habíamos llevado a las chicas presentes a sus casas y decidimos acabarnos la cerveza restante. Quedaban varias botellas. En eso vi a lo lejos una sombra realizando movimientos reptantes. No distinguí quién era. Me acerqué al sujeto capturador de mi curiosidad. Gabriel estaba de cunclillas y seguía como un pollito a su mamá gallina a mi mascota. Con vaso lleno alzado con la mano izquierda, pedía a la pequeña presencia hacerle compañía. Parecía una caricatura. Que pena que nuncan tomé una foto de esa escena. Podría haber empezado una tira con el nombre de 'Las Aventuras de Gabo y Chaparro'.

sábado, 7 de julio de 2007

Tengo que sacar tarjetas de crédito más seguido

Hace unos días solicité sacar una tarjeta de crédito en una conocida cadena de tiendas por departamento. Fui a un supermercado gigante. En el ingreso pedí información. Un joven amable me indicó avanzar unos pasos antes de la otra puerta. Caminé algo en distancia equivalente a una cuadra de mi barrio. Parecía un turista. Me faltaba tomarle foto a todo lo que encontraba por el camino. Finalmente llegué a un módulo donde una chica simpática me atendió. Pedí saber los requisitos necesarios para tener una tarjeta brillante muy parecida a la que ostentaba mi padre en sus años de prosperidad económica. Me empezó a interrogar el nombre de mi centro de labores, mi salario, mi número de DNI y otro datos más. Era un poco engorroso el trámite pero ella me lo facilitó. A la hora de preguntarme por mi ex trabajo le di Peru.com como respuesta. Su ceja derecha levantada a lo Jhonny Bravo me hizo entender su desconocimiento de este portal. Pedí permiso para meter mi mano en su computadora. Puse la dirección y le mostré dónde escribía mis notas de farándula no hace mucho. Haciendo click en 'Contáctenos' le hallé el teléfono de esa compañía. Al final de cuentas, me hizo firmar un papel verde lleno de letras y pidió mi retorno la próxima semana. Para entonces tendría respuesta si me darían una tarjeta de crédito o no. Después de compartir unos minutos con aquella fémina, me complacería volver a ese módulo para disfrutar de su sonrisa nuevamente. Sus ojos grandes y hermosos se quedaron registrados en mi retina. Es una pena que no pude captar toda su figura. El bendito mueble donde se apoyaba me permitía ver de la cintura para arriba.

Tratando de escribir después de tiempo es difícil

Después de tiempo me animé a escribir. Daddy Yankke y su pegajoso ritmo me acompañaban mientras plasmaba mis ideas sintácticamente. Tenía sueño pero ello no me inhibió de continuar. Un airecillo frío entró por debajo de la puerta de la cocina. En eso tuve de fondo musical al legendario tema de la película 'Rocky'. Mis dedos empezaron a moverse más rápido sobre el tablero pero el golpe en seco de una batería de fondo los sosegó. A mi mente se vino la imagen de Stallone corriendo por el mercado. Esta canción está bien posicionada en mi cabeza. Instantes después llegó la parte del coro de 'El Ojo de Tigre'. Iba a sonar nuevamente el estribillo pero la computadora lo impidió. El programa de música no avanzaba. Después de refrescarlo, escuché a lo lejos a Gianmarco cantándole al amor. "Respírame, soy paratí", fueron las palabras introductorias de 'Gota de Lluvia' para dar paso a un solo de guitarra romántico. En ese entonces solo me dediqué a escuchar. Para no perder el texto avanzado, grabé. Finalmente perdí la noción de qué escribir. 'La Oreja de Van Gogh' me acompañó hasta antes de irme a dormir.

viernes, 6 de julio de 2007

Una oda a la Chatita de mi vida

Estaba revisando unas fotos por Internet. Una buena amiga mía ostentaba orgullosa, pienso yo, en su Hi5 una foto conmigo. En dicha placa se puede apreciar la sorpresa en su rostro ante la captura del momento mientras yo sonrío pícaramente. Esa imagen me hizo recordar los buenos momentos vividos con esta pequeña. Corta de estatura pero grande de corazón, algunas veces fui su infidente. Una vez me presentó la esquina donde se besó por primera vez con quien ese entonces era su enamorado. Un carro cuadrado al frente de una pared muda testigo de arrumacos es revistida por las sombras de una calle mal alumbrada en Mangomarca. Debería compartir ese secreto para invitar reproducir más momentos amorosos en esa zona de Lima. Pero ese no es el tema. Hace tiempo que no veo a mi pequeña amistad. Sabe de mi aprecio por su persona. Quiero verla nuevamente, pero no en el Timbalero. Prácticamente no se puede conversar en ese local. La música a todo volumen ha desarrollado en los mozos de ese local el arte de comunicarse con las manos. Yo quisiera un día mostrarle mis dos índices extendidos paralelamente al dueño de ese local y sacudirlos mismo 'Popi' Olivera para que se sepa mi opinión sobre los niveles excesivos de decibeles dentro de su local. Ay Chata, cada vez que me acuerdo de ti, se vienen a la memoria todas nuestras horas de tiempo juntos. Solo falta animarme a levantar el teléfono, llamar y preguntar por la Chatita de mi vida.